Cuando hice el diplomado en tipografía, recuerdo que alguien me dijo que este conocimiento me sería útil principalmente en el diseño editorial. Y aunque es cierto que la tipografía ha sido una herramienta invaluable en mis proyectos editoriales, lo que realmente me sorprendió fue lo mucho que este conocimiento ha potenciado mi trabajo en branding, especialmente en la creación de logos tipográficos.
La tipografía es mucho más que elegir una fuente bonita; es sobre cómo las formas de las letras pueden contar una historia, transmitir emociones y reflejar la esencia de una marca. Entender los matices de cada tipo de letra, desde los trazos y proporciones hasta el espaciado y las curvas, me ha permitido diseñar logos que son verdaderamente únicos y personalizados.
Al trabajar en branding, puedes unir ciertos puntos que, al principio, parecen estar desconectados. La tipografía me ha permitido ver el diseño desde una perspectiva más profunda, donde cada detalle cuenta. Por ejemplo, en el proyecto de Drinkless, realicé modificaciones sutiles en la tipografía del logotipo que transformaron su percepción, mejorando tanto la legibilidad como su resonancia con la audiencia. De manera similar, en Play Carton, ajusté elementos tipográficos que aportaron un carácter distintivo al logo, haciéndolo destacar en un mercado competitivo.
Uno de los aspectos más interesantes de aplicar el diseño tipográfico a un logo es la capacidad de darle vida y carácter a las palabras mismas. He aprendido que las letras pueden ser tan expresivas como una imagen o un símbolo. Trabajar con tipografía en el contexto de un logotipo me ha permitido explorar formas, experimentar con proporciones y, sobre todo, crear algo que sea exclusivamente de esa marca.
Así que, aunque mi formación en tipografía ha sido esencial en el diseño editorial, me ha sorprendido gratamente lo mucho que ha influido en otras áreas de mi trabajo. Crear un logo tipográfico es un desafío emocionante, donde cada curva y cada línea tiene un propósito y una historia que contar. Y al final del día, eso es lo que hace que el diseño sea tan fascinante: la posibilidad de unir distintos elementos para crear algo único y significativo.
