Uno de los aspectos más significativos y desafiantes que tuve al rediseñar la marca de un colegio fue la necesidad de abordar el diseño desde una perspectiva educativa. Fue esencial comprender y reconocer a los alumnos y sus padres como parte integral de la identidad de la institución. En este proceso, resultó fascinante observar el diseño desde una perspectiva más humana, donde el objetivo principal no era simplemente vender, sino lograr que la comunidad se sintiera representada e incluida.
Además, buscábamos crear una imagen que estuviera en sintonía con los tiempos actuales, actualizando un nombre que ya era reconocido en su entorno, pero sin perder la familiaridad y el sentido de pertenencia que caracterizaban a la institución.
Un aspecto destacado de este proyecto fue la oportunidad de impactar en diversas áreas, desde la renovación del sitio web hasta la actualización de los uniformes y la fachada del colegio. Logramos unificar el concepto en todo el mobiliario escolar, con el objetivo de que los alumnos se sintieran parte integral de esta transformación al usar los nuevos uniformes. Aspirábamos a que el espíritu y la esencia del colegio se mantuvieran intactos, incluso en medio de estos cambios.